Desaliento, cansancio, aflicciones y fracasos son usados por nuestro adversario para hacernos sentir incapaces de alcanzar la victoria a la que somos llamados, pero no estamos solos, ni dependemos exclusivamente de nuestras fuerzas para alcanzar el triunfo, sino que Dios obrando en nosotros, es quien nos hace aptos en toda buena obra para hacer su voluntad. No tenemos excusa para seguir progresando y decir, como el título del libro: ¡Vamos Adelante! Animo al lector a tener el presente libro como una excelente guía para vivir la vida cristiana conforme a la voluntad De Dios.