¿Quién no se frustró alguna vez por luchar consigo mismo y verse en la encrucijada entre los más nobles deseos y las conductas menos deseables? Desde líderes religiosos hasta jóvenes rebeldes, todos enfrentamos la misma batalla entre lo que somos y lo que quisiéramos ser.

No se trata de encontrar respuestas definitivas o soluciones mágicas, sino de sincerarnos con nosotros mismos y con Dios, asumir con seriedad el desafío de la vida cristiana y avanzar convencidos hacia un futuro lleno de esperanza y bendición.

A través de experiencias propias y de quienes conoció a lo largo de su vida cristiana, Pedro reflexiona en estas páginas sobre la importancia de aceptar nuestras debilidades y contradicciones para dejar de lado la máscara de la perfección y abrazar nuestra humanidad de forma humilde y honesta.